El Matterhorn y Suiza están unidos de forma inseparable. Este gigante montañoso de forma piramidal y muy difícil de escalar, está considerado como la montaña más fotografiada del mundo. Frente a él se encuentra el Klein-Matterhorn al que se accede por medio de un teleférico.
Pararse sobre el salto de agua más grande de Europa y sentir el estrépito del agua en todo el cuerpo: esto es posible en las cataratas del Rin en Schaffhausen. Un barco también lleva a los castillos, al sector donde se precipitan las aguas e, incluso, a la enorme roca ubicada en medio del salto.
En la frontera cantonal entre Neuchâtel y el Vaud se haya el “Creux du Van”, un valle cerrado de imponentes dimensiones: 4 km de largo, 1 km de ancho y rodeado por paredes rocosas de hasta 160 m de altura.
La mejor escena de peligro de la historia cinematográfica según encuestas realizadas a nivel mundial es el salto de Bond desde el muro de contención de 220 m de altura de la presa Verzasca en el filme GoldenEye. Y “007-Sprung” (Salto 007) o “GoldenEye Bungee Jump” (Puénting GoldenEye) es también el nombre de la última moda para los adictos a la adrenalina.
En el Parque Nacional Suizo, en la Engadina, todo está organizado según la naturaleza. Y esto en un área de más de 170 kilómetros cuadrados. No obstante, gracias a una red de senderos educativos y de excursión de 80 km y excursiones para niños y familias, los humanos tampoco se quedarán cortos en el lugar. El Parque Nacional Suizo creado en 1914 es el más antiguo de los Alpes.
El castillo de Chillon, ubicado sobre una roca a orillas del lago de Ginebra, es uno de los edificios de carácter histórico más visitados de Suiza. Durante casi cuatro siglos fue la residencia de los condes de Saboya y un lucrativo puesto de aduana.